AHA BHA PHA

¿Qué es el AHA? (Alfa Hidroxiácido)

Los AHA son un grupo de ácidos hidrosolubles derivados de la fruta y la leche. Los AHA más comunes son el ácido glicólico y el ácido láctico. Son conocidos por sus propiedades exfoliantes, que ayudan a eliminar las células muertas de la piel, mejoran su textura y reducen la aparición de líneas finas y arrugas. Los AHA son adecuados para la piel seca y dañada por el sol, pero a veces pueden causar sensibilidad a la luz solar.

¿Qué es el BHA? (Ácido Beta-Hidroxi)

El BHA, concretamente el ácido salicílico, es soluble en aceite y es excelente para desobstruir los poros y tratar la piel propensa al acné. Puede penetrar más profundamente en la piel, por lo que es eficaz para exfoliar dentro de los poros, reducir los puntos negros y los granos, y calmar la inflamación. El BHA es ideal para la piel grasa y propensa al acné.

¿Qué es el PHA? (Ácido Polihidroxilado)

Los PHA son una nueva generación de exfoliantes químicos más suaves que los AHA y los BHA. Proporcionan una exfoliación suave, por lo que son adecuados para la piel sensible. Los PHA, como la gluconolactona y el ácido lactobiónico, también tienen propiedades antioxidantes y pueden ayudar a mejorar la hidratación y textura de la piel.

¿Cómo utilizar los AHA, BHA y PHA?

Si eres nuevo en la exfoliación, empieza con una concentración más baja para permitir que tu piel se adapte. Con el tiempo, puedes aumentar la potencia si es necesario. Haz siempre una prueba de contacto para comprobar si hay reacciones adversas o sensibilidad.

Usa los exfoliantes según las recomendaciones; un par de veces a la semana suele ser suficiente. Los AHA y BHA pueden aumentar la sensibilidad al sol, así que aplícate protector solar por la mañana.

Sigue las instrucciones específicas del producto, ya sea un gel limpiador, un tónico, un suero o una mascarilla. Algunos deben enjuagarse, mientras que otros deben dejarse sobre la piel.

Después de aplicar los exfoliantes, sigue con una crema hidratante para mantener la piel hidratada y sana.

Escucha a tu piel

Presta atención a cómo reacciona tu piel. Si experimentas sequedad excesiva, enrojecimiento o irritación, reduce la frecuencia de uso o cambia a una fórmula más suave. Consultar a un dermatólogo puede ser útil para obtener recomendaciones personalizadas.